cuándo abandonar un proyecto

David Fuentes 🔥

Cuando te encuentras en las primeras etapas de tu emprendimiento, enfrentas el reto de ofrecer algo al mercado y ver si este lo acepta. Persistir se convierte en una palabra de orden, motivada por las historias de éxito de grandes empresas que superaron años de dificultades hasta finalmente encontrar su lugar. Sin embargo, la realidad no siempre es tan prometedora y te encuentras ante la pregunta crucial: ¿cuándo es momento de abandonar?

Abordé este tema porque es fácil quedar atrapado en la narrativa del éxito a través de la persistencia, ignorando que también hay historias de aquellos que no lograron sobrevivir el camino. La pregunta de cuándo abandonar es compleja y quería compartir mi reflexión y la de otros sobre este dilema.

En mi experiencia liderando Ninja, una empresa de educación con 30 personas, y compartiendo a diario en YouTube, he aprendido que el emprendimiento es un viaje de altibajos, donde la honestidad brutal es fundamental. Así, identifico tres momentos claves para considerar abandonar un proyecto:

1. Cuando se acaba el dinero: La falta de recursos financieros es una señal clara de que es momento de reconsiderar el camino. Si no tienes los fondos para continuar, la aventura llega a su fin.

2. Cuando se pierde la ilusión: Llega un momento en que, tras innumerables intentos y ajustes, el proyecto simplemente no despega. Si la pasión y la ilusión se evaporan, podría ser el momento de dejarlo ir.

3. Cuando te haces la pregunta: Inspirado en Jordi Romero de Factorial, llegué a la conclusión de que el simple hecho de preguntarte cuándo abandonar es un indicador de que quizás ya es hora. Este momento de duda revela una pérdida de fe en el proyecto, sugiriendo que podría ser el momento de avanzar.

No obstante, antes de tomar la decisión definitiva de abandonar, es crucial analizar si realmente no hay manera de pivotar o adaptar el proyecto para encontrar el ajuste perfecto con el mercado. La iteración es una parte natural del proceso emprendedor, y a menudo, lo que se necesita es una nueva dirección en lugar de un cierre total.

El emprendimiento exige un equilibrio entre la fe irracional en tu visión y la racionalidad para reconocer cuándo las cosas simplemente no están funcionando. En mi caso, siempre he creído firmemente en la capacidad de Ninja para triunfar, a pesar de los desafíos. Esa convicción me ha llevado a persistir, pero siempre con un ojo crítico en nuestra evolución y adaptabilidad.

Al final, la decisión de abandonar es profundamente personal y depende del contexto específico de cada emprendedor y proyecto. Lo importante es aprender de cada experiencia, ya sea que conduzca al éxito esperado o se convierta en un escalón hacia tu próximo gran emprendimiento.

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