2 Corintios 12. ESPINA EN LA CARNE

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ESPINA EN LA CARNE
2 Corintios 12:4 que fui llevado al paraíso y oí cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, cosas que a ningún humano se le permite contar. 7 aun cuando he recibido de Dios revelaciones tan maravillosas. Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso. 8 En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. 9 Cada vez él me dijo: Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. NTV.
Para los seres humanos es difícil guardar un secreto, y más aún si al revelar este secreto, le puede llevar a la fama, un reconocimiento personal, o a la alabanza de los hombres. Por este deseo de reconocimiento y alabanza: hoy en día se puede ver a muchos seudo siervos de Jesucristo, anunciando tener nuevas revelaciones de parte de Dios, las cuales por su puesto no se encuentran registradas en las páginas de las Sagradas Escrituras. Para que sus afirmaciones sean más creíbles, ellos aducen que recibieron estas nuevas revelaciones por medio de visiones y sueños, tal como lo recibían los profetas del Antiguo Testamento, y los discípulos de Jesucristo. Si fuesen ciertas estas revelaciones, ellos tratarían de ser más cautos al momento de compartirlas a otros, tratando en todo momento de no llamar la atención a sí mismos, sino de que su audiencia ponga su mirada en Dios, y lo exalten a viva voz. Pero esto no sucede con los seudo maestros de hoy, ellos tratan de que la mirada de los hombres sea a ellos y menos a Dios.
En contraste a las afirmaciones de algunos seudo maestros de este siglo, el apóstol Pablo sí recibió un mensaje de parte del Señor, pero para que el apóstol no se envaneciese, el mismo Señor le dio una espina o aguijón en la carne. No se sabe a ciencia cierta que era el aguijón que recibió el apóstol Pablo en su carne, y como no está especificado esto en las Sagradas Escrituras: algunos estudiosos de la Biblia sugieren que fue alguna prueba corporal que Dios permitió que se introdujese en la vida del apóstol. Una prueba corporal como alguna forma de enfermedad de los ojos, quizá un dolor de oídos, quizá malaria, quizá epilepsia quizá dolores de cabeza por migraña, quizá algo relacionado con el habla de Pablo, etc. El Señor no desea que sus siervos se envanezcan con el ministerio que les encomendó, por eso introduce pruebas en sus vidas para que siempre se mantengan humildes y con los pies en la tierra.
Sea lo que fuere la espina o aguijón en la carne, era un problema físico crónico y debilitante, que le obstaculizaba el normal desempeño ministerial del apóstol, por eso, Pablo fervientemente en tres oportunidades distintas pidió que se le fuese quitado, pero Dios no le dio la respuesta que anhelaba, en cambio le dijo: No te quitaré la espina o aguijón de tú carne, pero te daré algo mejor: te daré gracia para soportarla. Y recuerda, Pablo, que aunque no te doy lo que pides, te doy lo que más necesitas. Necesitas mi poder y fuerza para acompañar a tu predicación. La respuesta de Dios a la oración del apóstol, sigue siendo la mejor respuesta a las oraciones de millones y millones de personas que piden fervientemente a Dios, que quite toda clase de tribulaciones y sufrimientos de este mundo. Pero mejor que la eliminación de las pruebas y de los sufrimientos de este mundo es el compañerismo del Hijo de Dios en ellos, y la certidumbre de Su fuerza y gracia para soportarlas y sobrellevarlas.
Queridos hermanos. En todo momento debe prevalecer la humildad en un verdadero siervo de Dios, caso contrario, si se envanece o se enorgullece por el ministerio que lleva adelante, el Señor le enviará una espina o aguijón en su carne, para bajarle los humos de grandeza, para de esta manera mantenerlo humilde y debilitado.