Hijos de Paz Que Sueltan la Paloma, Marcos Zapata, 25 Aniversario A Los Pies Del Rey

A Los Pies Del Rey

HIJOS DE PAZ QUE SUELTAN LA PALOMA | MARCOS ZAPATA La meta de la madurez es llegar a ser más dependientes de Dios. La dependencia de Dios en el servicio y en la iglesia. Los milagros que Jesús hizo, los hizo como hombre, dependiendo del Padre. Dios quiere que entremos a lo milagroso, a lo sobrenatural. La invasión de lo imposible. Si Jesús lo hizo, nosotros también lo debemos hacer. ¿Cómo? Dependiendo del Espíritu Santo. Ejemplos. Cuando Jesús dijo: “Poder ha salido de mí”. La sombra de Pedro que sanaba. Los pañuelos de Pablo que sanaban. Llenos del Espíritu Santo y en intimidad con el Espíritu Santo entramos a lo milagroso, a lo sobrenatural. La comisión nos da autoridad, pero el poder es fruto de un encuentro. Jesús, en el bautismo, tuvo un encuentro con el Espíritu Santo y comenzó su ministerio en el poder del Espíritu Santo. La palabra de que “se abrieron los cielos” es rasgar. Es la misma palabra que se usa cuando el velo del templo se rasgó. La unción de poder vino sobre Jesús cuando se abrió el cielo. Desde los días de Jesús, nosotros vivimos bajo cielos abiertos. El Espíritu Santo en nosotros para nuestro beneficio no es lo mismo que el Espíritu Santo reposando sobre nosotros para el beneficio de otros. El Espíritu Santo es una paloma que quiere venir a reposar. Y si somos conscientes de esto, no haremos nada que espante la paloma para que el Espíritu Santo siga reposando sobre mí. En Mateo 10:7-13, vemos la misión de los 12. Sanar a los enfermos es imposible para mí. Dios tiene la costumbre de mandarnos a hacer cosas imposibles. ¿Para qué? Para que vivamos en dependencia al Espíritu Santo. Toda la vida cristiana es imposible sin el Espíritu Santo. Efesios 1:15-20, declara que el mismo Espíritu que resucitó a Jesús, ese mismo Espíritu y ese mismo poder está en nosotros. Efesios 1:19, habla del mega poder que tenemos, pero se nos tiene que revelar. Lucas 10:1-9. ¿Cómo hacer relación con los lobos? Primero: Orar paz Si hay un hijo de paz, que venga la paz sobre él. Segundo: relaciónate Cualquier cosa que te pongan a la mesa, cómela. Tercero: Sánalo Trae solución, minístrale. En la relación te enteras de sus problemas. La gente abre su corazón y les podemos ayudar. Y cuarto: Predica “el Reino de los Cielos se ha acercado” Predicar la verdad sin gracia es como un beso con mal aliento. Debemos estar todos en modo alerta: “Señor, si hay un hijo de paz, llévame a él”. Dios tiene necesidades masivas. Nosotros somos la respuesta para esas necesidades. Paz no es ausencia de conflicto, es la presencia de alguien, el Príncipe de paz. Los hijos de Dios desatamos la paz, es decir, la paloma. No doy un consejo, doy una persona que es el Espíritu Santo. Nuestro ministerio es por el Espíritu Santo. Juan 20:19-23. En un pueblo con miedo, la paloma no podía reposar. Por eso dice dos veces “paz a vosotros”. Podemos soltar la paloma, soplar y ministrar al Espíritu Santo. Desatar la paloma es desatar la presencia de Dios. Nuestra comisión sería soltar la paloma, soplar o desatar el Espíritu Santo. La clave es cuidar la relación con el Espíritu Santo Una intimidad profesional (solamente para servir al Señor) es prostitución. La intimidad es para amarle y conocerle. No es para obtener poder o revelación. La unción viene por el encuentro de poder con Jesús, y, entonces, la paloma reposa. Esto debe ser parte de nuestro día a día, “yendo haced discípulos”: yendo al trabajo, yendo al supermercado, yendo al hospital.