ROMANOS 12. VENCER EL MAL

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VENCER EL MAL
ROMANOS 12:17. Nunca devuelvan a nadie mal por mal. Compórtense de tal manera que todo el mundo vea que ustedes son personas honradas. 19 … nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen, dice el SEÑOR. 20 En cambio, Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales de beber. Al hacer eso, amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza. 21 No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien. NTV.
En este mundo dominado por la maldad y el pecado, es inevitable que los seguidores de Cristo puedan llevar una vida libre de confrontaciones y altercados con las personas que les rodean. Pues frecuentemente las personas inconversas bajo el dominio del maligno, enredan a los creyentes en sus tramas de mentiras y calumnias, ocasionándoles problemas, penas y sufrimientos. No solo los inconversos les generan problemas y conflictos a los verdaderos seguidores de Cristo, sino también algunos hermanos de su misma fe, ya que no todas las personas que han aceptado el sacrificio de Cristo, reflejan la verdadera vida cristiana. En este punto es cuando los verdaderos seguidores de Cristo, no deben actuar bajo los impulsos de su vieja naturaleza pagándoles mal por mal a sus agresores, sino bajo los impulsos de su nueva naturaleza en Cristo, pagándoles bien por mal, tal como su Señor y Salvador lo pagó en la cruz al entregar Su preciosa vida por todos sus ofensores.
Los verdaderos seguidores de Cristo, no deben buscar venganza en contra de sus agresores, en su lugar deben responderles de la manera más bondadosa posible. Esta forma diferente de actuar del creyente, será contraria a la respuesta que los agresores esperan recibir por sus acciones reprochables. Pues comúnmente las personas malvadas y pecadoras, esperarían que sus víctimas les pagasen con la misma moneda y mucho más todavía. Esta conducta diferente de los seguidores de Cristo, no solo les llamará la atención a los malvados, sino que también les puede llevar a una profunda reflexión acerca de su inadecuada conducta en contra de su prójimo. Si el que hace el mal a su vez ve lo errado de su proceder y se arrepiente de su actitud malvada, la pena y el remordimiento por su acción malvada lo harán sentir como que le arde la cara de vergüenza. De esta forma, el bien del cristiano habrá vencido el mal del enemigo y se habrá alcanzado la meta que es el propósito de Pablo. Seguramente que las cosas no siempre saldrán de la manera que esperan los seguidores de Cristo, sin embargo, éste debe ser siempre el objetivo de los verdaderos creyentes.
Pese a toda la maldad que puedan desplegar las personas malvadas en contra de los seguidores de Cristo, la venganza no les corresponde, sino al único Dios verdadero, al único Juez justo que juzga con imparcialidad a los hombres. Ningún creyente tiene derecho a juzgar a su agresor; sólo Dios puede hacerlo. Por eso ante cualquier agresión que reciba el hijo de Dios, debe poner la situación en las manos de su Creador, y Él a su debido tiempo, derramará su perfecta justicia sobre los agresores de sus amados hijos. Mientras el día de la ira de Dios llegue sobre la vida de sus agresores, los creyentes deben mostrarse amables y amorosos con las personas que en algún momento los hirieron y lastimaron. Deben perdonarles sinceramente sus acciones perversas. Además, si está en sus posibilidades, deben brindarles la mano, si ellos tienen hambre, brindarles un plato de comida. Si tienen sed, brindarles algo de tomar para que sacien su sed. Esta es la manera de actuar de un verdadero seguidor de Jesucristo en contra de las personas malvadas y pecadoras.
Queridos hermanos. La mejor manera de ganarnos a una persona que nos ha ofendido y lastimado, es tratándolas con amabilidad y generosidad en lugar de vengarnos. La venganza posiblemente puede quebrantar su espíritu; pero la amabilidad y generosidad quebrantará no solo su espíritu, sino también su endurecido corazón.